Es grata la fragancia que transmite el silencio en medio del tiempo, cuando no te escucho hablar y además, cuando no siento tus palabras entrando sobre los poros de mi piel.
Si a veces pudiera interpretar la angustia y las noches en los que mi silueta juguetea con tus sentidos, cobijándolos con fragancia tersa y arropándolos del frió.
Es extraño, las horas no terminan su cabalgar y yo continúo sin gota de sangre, amándote con leucemia profunda, con serias marcas de presión de dientes, directo al alma, con vía sanguínea, sin dirección.
Con la suave brisa recuerdo la ultima pausa, sin sentido, en medio del triste viento gélido de invierno, rasgando los recuerdos y sentimientos y plantando nuevas semillas que profanan las llagas del tiempo, que arremeten tus sueños y que no dejan que el alma brote, sin surcar la espera.
Es temprano, la fina estampa del olvido se entremezcla con lo ansiado, sencillamente infranqueable numero que traspasa montañas y desmiembra horizontes. Sin embargo, las olas se apaciguan al tener el primer indicio de vida, regresaste, te vi y un silencio se escucho.
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